lunes, 11 de septiembre de 2017

Crónica: Oasis


EL bullicio de la calle es ensordecedor, y el calor tampoco da tregua. Es la 1 de la tarde, y las aceras de la Avenida Bolívar del centro de San Juan rebosan de actividad, cual hormiguero antes del aguacero. Sus pobladores, podría decirse que buscan refugio también, pero de un futuro incierto. Recogen a sus hijos de clase, salen de las oficinas y de sus sitios de trabajo, compran, venden, hacen colas, con una velocidad propia de la hora pico, pero también con el pesar añadido de no saber qué pueden arrojar las noticias de mañana. Sin embargo, a Emilio Motta, de 56 años, poco parece afectarle el entorno opresivo que lo rodea, aferrándose con calma a la prosa de escritores casi olvidados, en un breve oasis de gastados libros en las afueras de la Biblioteca Pública. Nos recibe con una sonrisa familiar, y un trato cordial y educado.Nos cuenta que gracias a la solidaridad de amigos hechos con el pasar de los años, ha podido seguir ofreciendo libros al público rosciano. “Empecé primero con los libros que había en mi casa, los de mis abuelos … y luego la gente empezó a donarlos o a vendérmelos” nos cuenta. Lo que empezó primero con una manera de buscar el sustento, se ha convertido en un estilo de vida. “Estoy aquí (en la biblioteca) desde hace 3 años, pero llevo 17 años vendiendo libros, primero comencé en el Centro Comercial Galerías”.Tanto tiempo pasó a las afueras del Centro Comercial, hasta que funcionarios de la biblioteca de nuestra localidad decidieron facilitarle las cosas, cediéndole el espacio de la entrada del edificio, y también, un refugio dónde almacenar sus libros, más cerca de su habitual clientela.


Para Emilio, la lectura ha sido siempre una pasión, un alimento, como si sólo a través del papel y la tinta de los escritores pudiera vivir el cuerpo, y a pesar de también ser orfebre, cuenta haber escalado muchos picos venezolanos en sus años mozos.El negocio del conocimiento ha resultado ser útil no solo para él, sino para muchos estudiantes de todas las edades, que entre su material no sólo consiguen novelas, documentos y revistas de todas las clases, también encuentran libros de texto, que a pesar de ser siempre de segunda mano, se pueden encontrar en buen estado, y ha generado un saludable sistema de intercambio, siempre favoreciendo a aquellos que buscan enriquecer su cultura. Desde que comenzó nuestra breve entrevista, no menos de 10 personas que entran o salen de la biblioteca se han detenido a saludarlo con afecto, amén del roce diario que mantienen con éste notable e interesante personaje.

Trabajo realizado por:
Leonardo Atencio
Venus Romero

ESTUDIANTES DE COMUNICACIÓN SOCIAL UNERG.
Cátedra: Periodismo Interpretativo.

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