lunes, 11 de septiembre de 2017

Crónica: Que bueno sabe el café a Vinotinto…

Venezuela amanece mas temprano

Eran las 12:00 de la noche y los hogares del País aun dormían. Se podía sentir la pasión de los aficionados esperando ver en las pantallas de sus televisores a su equipo favorito (La Vinotinto). Pasadas algunas horas, a las 1:00 de la tarde hora de Corea del sur, el sol comenzó a brillar con mayor fuerza, el calor no se hizo esperar. A pesar de esto, el entusiasmo de los televidentes  no disminuyó, algunos comenzaron a tomar café otros compraron  botellas con algún licor porque no durmieron a la espera,  incluso conversaban  unos a otros para no dormir  y también para divertirse.

A la 01:00 de la mañana comenzaron las transmisiones televisivas vía satélite. La pasión de la gente se dejó sentir,  todos querían encontrar el mejor lugar en sus hogares dónde poder disfrutar de ese partido de fútbol que tanto habían estado esperando.

A las 2:00 am comenzó el primer tiempo. El silbato sonó los hogares y otros locales nocturnos llenos de aficionados no se hicieron esperar. Las familias, amistades y todo un país con la esperanza de  ver ganar a su equipo. Los saltos de emoción,  cada vez  su selección estaba cerca de anotar el tan esperado gol.

Minuto 22 del primer tiempo. El tablero marcaba 0-0, la Vinotinto estaba dando lo mejor de sí para obtener la ventaja, aún no ocurría.

¡Cinco minutos más tarde! El equipo de los EEUU cometió una falta muy cerca del área y se cobró un tiro libre que tropezó con un defensa gringa  y se fue al tiro de esquina. Los aficionados están a la expectativa, se puede sentir  el estrés y la emoción que reinaba en todo el país.   Córdoba, el goleador del equipo nacional metió el pie en el cobro del corney el balón paso la raya del arco, los narradores venezolanos que trasmitían el partido gritaron GOOOOOOL. Lamentable que ahora la tecnología se aplica en los partidos de futbol por parte de la FIFA y el gol fue anulado. Los gritos, aplausos y saltos de los aficionados no se hicieron esperar. En sus casas. La alegría y la pasión se contagiaban, se respiraba a cada segundo.  El primer tiempo terminó así, con un marcador 0-0 que hacía palpitar fuertemente el corazón de todos los presentes. Por haber marcado un gol aunque no fue validado.

El medio tiempo estuvo lleno de festejos, pláticas, gritos, cantos…Hasta que el primer segundo de ese segundo tiempo llegó. Sonó el silbato y todas las almas unidas a favor de su selección se unieron para, de alguna manera, apoyar a que el gol cayera.

Llegó el minuto 23, la mitad del segundo tiempo y nada sucedió, todo seguía igual. Los  aficionados en sus casas y locales enardecían cada vez que el equipo contrario se acercaba a su portería, pero el gol no llegó. Así, llegó el minuto 45, el silbato sonó y el marcador quedó 0-0, el país completo seguía esperando para el   festejo.

Comenzó la prorroga pasado 8 minutos del tiempo extra un pase a lo profundo hizo que la pelota fuera tocada por Peñaranda que toco la malla del arco y ahora si se puedo festejar el ansiado gol todos los hogares del país alegres por este despertar y el sabor de probar un buen café en un amanecer viendo ganar a nuestro equipo (La Vinotinto)

Ahora vamos por la semi final cada vez mas cerca del trofeo de campeón.

Trabajo realizado por:
Loreysi Quiroz
Julio Villarroel


ESTUDIANTES DE COMUNICACIÓN SOCIAL UNERG.
Cátedra: Periodismo Interpretativo.





Crónica: Oasis


EL bullicio de la calle es ensordecedor, y el calor tampoco da tregua. Es la 1 de la tarde, y las aceras de la Avenida Bolívar del centro de San Juan rebosan de actividad, cual hormiguero antes del aguacero. Sus pobladores, podría decirse que buscan refugio también, pero de un futuro incierto. Recogen a sus hijos de clase, salen de las oficinas y de sus sitios de trabajo, compran, venden, hacen colas, con una velocidad propia de la hora pico, pero también con el pesar añadido de no saber qué pueden arrojar las noticias de mañana. Sin embargo, a Emilio Motta, de 56 años, poco parece afectarle el entorno opresivo que lo rodea, aferrándose con calma a la prosa de escritores casi olvidados, en un breve oasis de gastados libros en las afueras de la Biblioteca Pública. Nos recibe con una sonrisa familiar, y un trato cordial y educado.Nos cuenta que gracias a la solidaridad de amigos hechos con el pasar de los años, ha podido seguir ofreciendo libros al público rosciano. “Empecé primero con los libros que había en mi casa, los de mis abuelos … y luego la gente empezó a donarlos o a vendérmelos” nos cuenta. Lo que empezó primero con una manera de buscar el sustento, se ha convertido en un estilo de vida. “Estoy aquí (en la biblioteca) desde hace 3 años, pero llevo 17 años vendiendo libros, primero comencé en el Centro Comercial Galerías”.Tanto tiempo pasó a las afueras del Centro Comercial, hasta que funcionarios de la biblioteca de nuestra localidad decidieron facilitarle las cosas, cediéndole el espacio de la entrada del edificio, y también, un refugio dónde almacenar sus libros, más cerca de su habitual clientela.


Para Emilio, la lectura ha sido siempre una pasión, un alimento, como si sólo a través del papel y la tinta de los escritores pudiera vivir el cuerpo, y a pesar de también ser orfebre, cuenta haber escalado muchos picos venezolanos en sus años mozos.El negocio del conocimiento ha resultado ser útil no solo para él, sino para muchos estudiantes de todas las edades, que entre su material no sólo consiguen novelas, documentos y revistas de todas las clases, también encuentran libros de texto, que a pesar de ser siempre de segunda mano, se pueden encontrar en buen estado, y ha generado un saludable sistema de intercambio, siempre favoreciendo a aquellos que buscan enriquecer su cultura. Desde que comenzó nuestra breve entrevista, no menos de 10 personas que entran o salen de la biblioteca se han detenido a saludarlo con afecto, amén del roce diario que mantienen con éste notable e interesante personaje.

Trabajo realizado por:
Leonardo Atencio
Venus Romero

ESTUDIANTES DE COMUNICACIÓN SOCIAL UNERG.
Cátedra: Periodismo Interpretativo.

Crónica: Que bueno sabe el café a Vinotinto…

Venezuela amanece mas temprano Eran las 12:00 de la noche y los hogares del País aun dormían. Se podía sentir la pasión de los aficiona...