A solo un día para la tan esperada noche buena;
cuando la joven Angi Hernández esperaba con ansias, entre los dolores de parto,
y el viaje al hospital, el regalo más grande que le pudo regalar Díos en esa
temporada de pascua; era su anhelada tercer hija, quien al parecer venía al
mundo con toda normalidad, así como lo habían confirmado los médicos desde el
inicio de su embarazo. Entre todo esto, las cosas marchaba bien aquella mañana
del 23 de diciembre del 2002, surgió uno de los actos más maravilloso de la
vida, la madre da a luz a un bebé y la alegría derrochaba en su rostro al poder
tenerlo por primera vez en sus regazos; pero este al nacer, despertó el asombro
de los médicos, que entre murmullos, se alejaban rápidamente de la sala de
parto. La madre estaba un poco angustiada hasta que pronto se acerca uno
de los médicos y decide notificarle de una noticia que cambiaría rotundamente
su vida; al parecer el bebé venía con una malformación, Ella
acepta con normalidad, y su alegría era incomparable; a su parecer, ese tipo de
condiciones no cambiaría nada y no le importaba lo que tenía; estaría allí para cuidarla, defenderla, y si fuera el
caso luchar para que sea operada de esa pequeña malformación.
Por fin la tiene en sus brazos, pero aquella
sonrisa que se le dibujaba en el rostro fue desapareciendo al observar que era
lo que realmente estaba ocurriendo; aquello que imaginaba no era una pequeña
malformación; a él bebé le faltaban sus órganos sexuales, no tenía ninguno de
los orificios, le resultaba difícil aceptar que ella lo había dado a luz porque
no era lo que llevaba tanto tiempo en su vientre; pensó de todo en ese lugar,
hasta que su hija la pudieron haber cambiado, razón por la cual, decide hacer
una prueba de ADN que resultó ser positiva.
Lo que al inicio fue confusión se convirtió en amor, que motivó a la
madre a luchar por ese ser tan inocente que merecía disfrutar de la vida; lo
mismo ocurría con los médicos que con mucha curiosidad tuvieron que investigar
para darle una explicación a la madre de aquella condición. Entre horas de
estudios y visitas al internet y a distintos especialistas, lograron determinar
que el bebé presentaba una condición llamada estrofia vesical, que consistía en
que los niños tenían las paredes vesicales o la pelvis muy abierta, lo que
provocó que la vejiga estuviese expuesta y que su vagina no se formará
correctamente, sin ninguna de sus partes, similar a una muñeca. Como si fuera
poco también tenía otra patología llamada ano imperforado, que se trataba de
niños que nacían sin el orificio anal, y en vez de eso tenía una Fítula
Retrovetral comúnmente llamada cloaca, que partía desde el colon y se dirigía a
la vejiga, que a su vez se encontraba expuesta. Los médicos en angustia temían
de la supervivencia de aquel bebé que estaba expuesto a muchas infecciones por
su condición, y otras de las cosas más difíciles sería como explicar su
sexología porque tenía órganos variados.
Pero aquella angustia de los médicos no era la
misma que la de la madre quien se llenaba de esperanza al recibir una tercer
noticia inexplicable; los médicos llegaron a informales que el bebé sobrevivió
9 meses en su vientre sin el Cóndor Umbilical, órgano por donde es transmitido
los alimentos y líquidos directamente de las madres al bebé; y para su sorpresa
este tenía un peso de 3, 700 kg. Ella confusa pide al médico que le explique
cómo su bebé pudo vivir sin alimentarse en el vientre y el médico sin
respuestas científicas que pudiera confirmar, solo le dijo que hay una sola
persona que puede darle una explicación, y ese es Dios porqué su hija había
sido un milagro. Después de escuchar aquellas palabras del doctor, creció en
ella una conexión espiritual muy grande que la llenaron de fe y esperanzas y
que pronto se manifestarían en los días venideros con su bebé que ella sentía
que era una niña.
Ya habían pasado 15 días con el recién nacido en la
incubadora, que al pesar que su madre la veía todo el tiempo sentía que estaba
separada. Es allí cuando los médicos deciden trasladarla al hospital Domingo
Luciani de Caracas, donde estaría en una habitación sólo con su hija, y por
supuesto, con mayores especialistas que iniciarían los estudios y operaciones
correspondientes. Continuaron los momentos de angustias, pero seguía aquella
madre aferrada para comenzar un proceso fuerte; ya logran hacer una prueba
genética para determinar el sexo del bebé, hasta que por fin le llega la
noticia que confirmó que era una niña. La alegría aumentaba aún más y por fin todo
lo que le había comprado a su esperada bebé podía dárselo, ropa, adornos,
juguetes, coche, etc. Ahora solo espera el momento de poder volver a su hogar
por lo menos para que su hija se sintiera en familia. Pasaron unos eternos 6
meses y ya pudo ir a su casa, ya a su hija le habían hecho dos operaciones
iniciales que pudo sobrepasar, otro trabajo espiritual más que llega de parte
de Dios, sin embargo faltaban algunas intervenciones.
Después de aquel pequeño paso que había dado, había
otra cosa que le angustiaba, los médicos le confirmaron que existían
probabilidades que su hija no iba a poder caminar, porque también presentaba
una desviación en la columna, y debido a su condición en la pelvis separada
tampoco era probable; y no podían intervenir en esa parte porque el riesgo
sería peor, porque podía quedar inválida. Llega el mes número 9, y en otro
movimiento de fe la niña dio sus primeros pasos, hasta que de pronto aprendió a
caminar convirtiéndose en otro regalo de su ese Ser tan especial. Después de 12
operaciones y todas bajo le motivación de aquella madre que iban a salir bien,
pudieron construir los órganos sexuales de la niña y ahora cuenta con sus
partes reproductiva, aunque cada una de ella fue un momento difícil, para la
madre eran retos que se convertían en milagros tras otros; que solo paga ella a
Dios porque para su sorpresa y a pesar de que era de escasos recursos, no fué
tan grande el gasto económico como podrán imaginar; debido a que los médicos
con mucha vocación decidieron hacer todas las operaciones gratuitas, y al
momento de algún estudio o gasto extra, entre ellos reunían para pagar todo.
Angi Herández afirma que su hija a pesar de su
condición es totalmente independiente, que ya cuenta con 16 años y tuvo que
enseñarle, porque cuando no esté, espera que ella se valga por si sola. A pesar
de todo, es una persona maravillosa, tiene el Don de dibujar y para la sorpresa
de muchos que creían que no iba a caminar, también desarrolló habilidades
artísticas en el baile. Es por ello, que mujeres como esta se convierten en
ejemplo para todas aquellas madres que tienen un hijo con alguna malformación o
condición especial, que más allá de todo eso, arriba esta un Dios que les pone
retos que se tienen que enfrentar, y aferrados a él podrán solucionar y como
grandes luchadoras deben usar el arma más grande que tienen, que es ese amor a
sus hijos que se vuelve incomparable, promovido por una Fe que te ayude a
conseguir ese milagro que tanto esperas así como llegó a ella el Gran Milagro
llamado Nazareth.
Realizado por Estudiantes de Comunicación Social de 5to. Semestre de UNERG.
Naulker Ochoa
Winder Arnaudez
Cátedra: Periodismo Interpretativo.